Enfrentados a un agujero presupuestario de 42.000 millones de dólares en lo que va de año, los funcionarios rusos reconocieron el jueves la necesidad de un gasto presupuestario más eficiente, pero discreparon sobre la prudencia de nuevos aumentos de la presión fiscal.
En su intervención en un acto al margen del emblemático foro económico ruso de San Petersburgo, Reshetnikov reavivó el debate, afirmando que los recortes del gasto eran la primera opción del gobierno para financiar las crecientes necesidades del Estado.
"Obviamente, la segunda fuente sobre la que debatiremos intensamente es de nuevo la norma presupuestaria", dijo Reshetnikov. "Volveremos ... sobre ello porque no podemos ir más allá con los parámetros que acordamos hace un año, año y medio".
La tercera opción, que Reshetnikov consideró el último recurso, era subir los impuestos.
"No tiene sentido intentar quitar a las empresas o a la economía más de lo que pueden permitirse", dijo Reshetnikov.
La norma presupuestaria rusa, que desvía el exceso de ingresos del petróleo a su fondo de riqueza, se suspendió a principios de 2022 cuando Occidente impuso amplias sanciones contra Moscú por el conflicto de Ucrania.
Se restableció de forma modificada este año, después de que el ministro de Finanzas, Antón Siluánov, diera a conocer un nuevo precio de corte de 62 a 63 dólares por barril para la regla presupuestaria, pero desde entonces han entrado en vigor topes de precios y embargos sobre el petróleo ruso.
Mientras el gasto militar se dispara y las sanciones exprimen los ingresos energéticos de Rusia, Moscú se enfrenta a una batalla para mantener bajo control su déficit presupuestario, con recortes del gasto, impuestos más altos y más endeudamiento interno entre las posibles estrategias.
"En el presupuesto de este año y (en el próximo plan presupuestario trienal) veremos un aumento del gasto en defensa y seguridad nacional", declaró German Gref, director ejecutivo de Sberbank . "Aquí no hay alternativas particulares". (Reportaje de Darya Korsunskaya; Reportaje adicional de Elena Fabrichnaya; Redacción de Alexander Marrow; Edición de Clarence Fernandez)
