El jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, murió en un accidente aéreo la semana pasada y el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó entonces a los combatientes de Wagner que firmaran un juramento de lealtad al Estado ruso.

El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, declaró que la cooperación bilateral entre Rusia y Mali y la "elección soberana" de la junta militar de sus socios internacionales en materia de seguridad "quitan el sueño a nuestros antiguos socios occidentales".

"Rusia, por su parte, seguirá proporcionando a Mali y a otros socios africanos interesados una asistencia integral sobre una base bilateral, igualitaria y de respeto mutuo", declaró ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

El Consejo de 15 miembros votó en junio poner fin a una misión de mantenimiento de la paz de una década en Mali después de que la junta militar pidiera abruptamente a la fuerza de 13.000 efectivos (MINUSMA) que se marchara, una medida que Estados Unidos dijo que había sido urdida por el grupo Wagner.

Mali ha luchado para frenar la insurgencia islamista que arraigó tras un levantamiento en 2012. Los supervisores de las sanciones de la ONU informaron este mes al Consejo de Seguridad de que "en menos de un año, el Estado Islámico en el Gran Sáhara casi ha duplicado sus zonas de control en Malí".

La junta maliense, que se hizo con el poder en sendos golpes de Estado en 2020 y 2021, se alió con Wagner en 2021.

"Como muchos de nosotros temíamos, la decisión del gobierno de transición de cerrar la MINUSMA ya ha desencadenado una renovada violencia sobre el terreno", declaró el lunes ante el Consejo de Seguridad la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.

"Además, la retirada de la MINUSMA limita la capacidad de la comunidad internacional para proteger a los civiles de las depredaciones de Wagner, cuyas actividades contribuyen a aumentar la inseguridad en el país", declaró.