Turkmenistán advirtió el sábado a Rusia contra el intento de extender su influencia sobre la cadena de suministro de gas natural entre Asia Central y China, después de que Moscú dijera que más países podrían unirse a su "unión del gas" con Kazajstán y Uzbekistán.

Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajstán bombean gas a China a través de un gasoducto que atraviesa los tres países; la mayor parte del gas procede de Turkmenistán, ya que los otros dos países se han enfrentado a un fuerte crecimiento de la demanda interna de gas.

Rusia, que intenta abrir nuevos mercados asiáticos para su gas tras las sanciones occidentales, dijo el año pasado que estaba forjando una unión gasística con Kazajstán y Uzbekistán que agilizaría el envío y la exportación de gas a estos países y a terceros.

Hasta ahora, el único paso práctico que ha anunciado la unión ha sido un plan para invertir otro gasoducto, que conecta Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajstán con Rusia, para que la rusa Gazprom pueda enviar gas a Uzbekistán, que ha empezado a sufrir escasez de energía.

El ministerio de Asuntos Exteriores ruso dijo esta semana que la unión del gas podría ampliarse, ya que otros países estaban interesados en unirse a ella; no nombró a ninguno.

El ministerio de Asuntos Exteriores de Turkmenistán respondió el sábado diciendo que, aunque los comentarios de Rusia eran vagos, Ashgabat quería dejar claro que no se le ha consultado sobre la posible incorporación de nuevos proveedores al gasoducto chino.

"La parte turkmena considera este enfoque incomprensible e inaceptable, y nuestro país lo considera contrario al derecho internacional y a la práctica establecida en el sector del gas", declaró en un comunicado.

Rusia solía ser el principal comprador de gas turkmeno antes de la construcción del gasoducto chino, pero ahora su cuota en las exportaciones turkmenas es pequeña, y la inversión del gasoducto entre Rusia y Asia Central pondría fin a esos envíos. (Reportaje de Marat Gurt Redacción de Olzhas Auyezov; edición de David Evans)