Un asaltante armado con un martillo atacó en marzo a Leonid Volkov, ayudante de Navalny, frente a su casa en Vilna (Lituania), rompiéndole un brazo y golpeándole la pierna con una serie de golpes.

El servicio de contrainteligencia lituano acusó a los servicios de inteligencia rusos de estar detrás del ataque. El Kremlin declinó hacer comentarios, pero dijo que la gente debería respetar y escuchar al presidente Vladimir Putin en lugar de tenerle miedo.

Yulia Navalnaya, que vive fuera de Rusia y ha dicho que asumirá la batalla de su marido contra Putin, dijo que el incidente la había impulsado a aumentar sus medidas de seguridad personal.

"Hemos pensado en nuevos protocolos de seguridad. Para ser sincera, no me gusta ir por ahí con guardaespaldas", dijo a Time Navalnaya, que hablaba en Vilna.

"Alexei y yo nunca tuvimos seguridad, y creo que heredé parte de ese coraje, de esa actitud arrogante de Alexei. Pero cuando eres demasiado arrogante, puedes dar un paso en falso. Así que, por ahora, mis colegas me han pedido que vaya por ahí con un guardaespaldas.

"No sabemos lo que vendrá después, y correr tales riesgos no es en absoluto una buena idea".

Navalny, el crítico interno más destacado de Putin, murió en febrero en una prisión del Ártico. Las autoridades rusas, que han ilegalizado el movimiento de Navalny por considerarlo extremista, dicen que murió por causas naturales. Sus seguidores creen que fue asesinado por las autoridades, lo que el Kremlin niega.