Un grupo de 37 estados insulares, en los que viven unos 65 millones de personas, "necesitan urgentemente aumentar su espacio fiscal para abordar los múltiples retos y crisis a los que se enfrentan", escribió Iolanda Fresnillo, una de las autoras del informe de la Red Europea sobre Deuda y Desarrollo (Eurodad).

El informe de Eurodad constató que los Estados insulares, desde Guinea-Bisseau hasta la República Dominicana y Samoa, sólo recibieron 1.500 millones de dólares en financiación para el clima entre 2016 y 2020.

En el mismo periodo, 22 de las naciones pagaron más de 26.600 millones de dólares a sus acreedores externos, que comprenden 50 organizaciones no gubernamentales, según el informe.

Los niveles de deuda pública en los estados insulares habían aumentado de una media cercana al 66% del PIB en 2019 a casi el 83% en 2020 y se preveía que se mantuviera por encima del 70% hasta 2025, según el informe.

Esto, a su vez, significaba que los gobiernos necesitaban destinar más ingresos al servicio de la deuda, y países como Belice, Cabo Verde, República Dominicana, Jamaica, Maldivas, Granada y Papúa Nueva Guinea destinaban entre el 15% y el 40% a pagar a sus acreedores externos, decía.

Más países han acudido al Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda, y el número de países que tienen programas con el fondo ha pasado de tres en 2019 a 20 entre 2020 y 2021.

En junio, la junta ejecutiva del fondo aprobó un programa de 60 millones de dólares para Cabo Verde, mientras que Barbados llegó a un acuerdo por 293 millones de dólares a finales de septiembre.

El informe reveló que más del 80% de los estados insulares se encontraban en dificultades de endeudamiento según los criterios establecidos por el Análisis de Sostenibilidad de la Deuda del FMI y el Banco Mundial, o por los grupos de la sociedad civil Debt Justice UK y Jubilee Germany.

Cómo apuntalar las economías frágiles y más pequeñas que se tambalean bajo la presión de las secuelas de la COVID-19 y de la guerra de Rusia en Ucrania es algo que va a acaparar mucha atención esta semana cuando los responsables políticos de todo el mundo se reúnan en Washington para la reunión anual del FMI y el Banco Mundial hasta el 16 de octubre.