El gobierno cubano anunció a última hora del domingo que redoblará los controles de precios y seguirá luchando contra la evasión fiscal, en un intento cada vez más desesperado por frenar el abultado déficit fiscal y la espiral inflacionista que han devastado su economía.

Las medidas pondrán el presupuesto y los objetivos de 2024 en línea con lo que el gobierno denomina una "economía de tiempos de guerra", según un resumen de los medios estatales de una reunión del Consejo de Ministros, el máximo órgano ejecutivo del país.

"Todos nosotros estamos aquí para salvar la Revolución (cubana) y salvar el socialismo", dijo Díaz-Canel en la reunión.

La economía cubana se ha visto diezmada por una combinación de factores, entre ellos la pandemia del COVID-19, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y un modelo empresarial dominado por el Estado y plagado de burocracia, mala gestión y corrupción.

La crisis social y económica se considera una de las peores desde la revolución de Fidel Castro en 1959, lo que ha provocado un éxodo sin precedentes de emigrantes cubanos en los dos últimos años.

Las medidas anunciadas -muchas discutidas desde hace tiempo y aplicadas de diversas formas por el gobierno socialista de Cuba- pretenden reforzar las divisas, fomentar la producción de alimentos y poner orden en las maltrechas empresas estatales, dijo Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía y Planificación.

El gobierno dijo que anunciaría una "política de precios única, inclusiva e igualitaria...para todos los sujetos de la economía, que incluye tanto al sector estatal como al no estatal", según un informe del periódico Granma del Partido Comunista.

Las autoridades socialistas cubanas levantaron en 2021 una prohibición a las empresas privadas vigente desde principios de la revolución castrista, pero los incondicionales del Partido Comunista afirman que la disparidad de precios ha contribuido a disparar la inflación.

El gobierno también dijo que centralizaría la toma de decisiones sobre el presupuesto nacional, lo que le permitiría recortar partidas y ajustar los gastos a los ingresos.

El informe pintó un panorama desolador de la economía, pero proporcionó pocas cifras y no dijo cuándo entrarían en vigor las medidas anunciadas.

Díaz-Canel destituyó a principios de año a su ministro de Economía, Alejandro Gil, por acusaciones de corrupción, como parte de una reorganización más amplia de alto nivel que también parece destinada a resolver los enconados problemas económicos. (Reportaje de Dave Sherwood; Edición de Chizu Nomiyama)