El Ejecutivo comunitario ha propuesto prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión a partir de 2035, pero Italia y Alemania forman parte de una minoría que bloquea la reforma.

Italia sostiene que la UE no debe imponer el cambio total a los coches eléctricos, sino permitir también la venta de vehículos que funcionen con biocombustibles.

"La batalla sobre los biocombustibles no está en absoluto perdida", declaró Meloni a la prensa en Bruselas tras una cumbre de dos días con sus homólogos de la UE.

Los biocarburantes se derivan de biomasa como las plantas.

Alemania presiona paralelamente a Bruselas a favor de los automóviles que funcionan con combustibles sintéticos, y Meloni afirmó que los objetivos de Roma y Berlín no se excluyen mutuamente.

"Ha habido una convergencia entre nosotros y Alemania en el intento de decir que el eléctrico no es la única opción", afirmó el dirigente italiano.