Mientras que los discursos optimistas de los banqueros centrales habían dejado al mercado bursátil en vías de seguir subiendo, los últimos indicadores estadounidenses recuerdan a los inversores de todo el mundo que no se puede dar nada por sentado. La semana pasada se publicaron dos indicadores que reflejan el nivel de precios. Y hay que decir que el panorama no es bonito. En primer lugar, el  CPI Core registró una ligera subida, con una tasa anual del +3,8%, frente a una estimación del 3,7%. Hay que reconocer que nadie lo tuvo en cuenta en su momento, ya que los índices siguieron batiendo récords a posteriori. Por desgracia, el segundo efecto Kiss Cool llegó dos días después con el PPI. En términos anuales, registró una subida del 1,60%, frente a una previsión del 1,2%, mientras que en términos mensuales se situó en el +0,60%, frente al +0,30% esperado.

Es difícil hacer la vista gorda, y el mercado de renta fija lo ha entendido. El rendimiento del bono estadounidense a 10 años se ha mantenido finalmente en su soporte del 4,07% y ha protagonizado una buena remontada, anulando en pocos días casi dos semanas de descensos. El 10 años alemán no se quedó atrás y también se recuperó en su soporte del 2,25%. Todo ello apunta a una prueba del 4,40%/43% en el TNote 10 y del 2,60% en su homólogo alemán. No obstante, intentaremos tranquilizarnos recordando nuestro escenario central: "En esta fase, lo más probable sería un rebote intermedio que se aferrara a estos niveles [3,85% nota del editor] hacia el 4,60% antes de iniciar una nueva salva bajista hacia el 3,26% o incluso el 2,76/67%".

Sin embargo, esta relajación no debe vincularse a temores sobre el crecimiento económico. A estas alturas, está claro que la narrativa actual sigue siendo favorable a los beneficios generados por la IA, pero algunos indicadores llaman a la cautela. Un ejemplo es el índice Empire Manufacturing, que mide el nivel relativo de las condiciones empresariales generales en el estado de Nueva York. En marzo, siguió deteriorándose, cayendo hasta -20,9 frente a una previsión de -7,0. Por tanto, estaremos atentos a la decisión del FOMC del miércoles y al discurso del Sr. Powell para intentar separar el grano de la paja.