El mayor fabricante de acero del mundo produjo cerca de 1.020 millones de toneladas métricas del metal ferroso el año pasado, según mostraron los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas.

La imposición por parte de Pekín de topes a la producción de acero bruto para reducir las emisiones de carbono había provocado una caída de la producción del 3% en 2021 y del 1,7% en 2022.

La ausencia de tales topes en 2023, cuando se dio prioridad al apoyo a la economía y a la reactivación del alicaído sector inmobiliario, contribuyó a estabilizar la producción de acero, según los analistas.

El total de 2023 estuvo en línea con la previsión de la Asociación China del Hierro y el Acero (CISA), respaldada por el Estado, aunque no fue tan fuerte como habían previsto algunos analistas.

La sólida demanda de los sectores de la construcción naval, la energía solar fotovoltaica y la automoción compensó parcialmente un déficit en la demanda del sector inmobiliario, señalaron los analistas de Citi en una nota.

Las exportaciones de acero, más elevadas de lo previsto, también contribuyeron a que las acerías nacionales mantuvieran una tasa de funcionamiento relativamente alta el año pasado, afirmó Chu Xinli, analista de China Futures con sede en Shanghai.

Las comparaciones mes a mes, sin embargo, mostraron que la producción de acero crudo en diciembre disminuyó por quinto mes consecutivo, cayendo un 11,4% desde noviembre a 67,44 millones de toneladas, la producción mensual más baja desde diciembre de 2017, según la oficina de estadísticas.

Varias siderúrgicas chinas realizaron tareas de mantenimiento en los altos hornos el mes pasado, lo que refleja algunas restricciones relacionadas con el medio ambiente a finales de año y pérdidas de margen en varios productores, según los analistas.

El total de diciembre equivalía a unos 2,18 millones de toneladas de producción media diaria, según un cálculo de Reuters basado en los datos.

China seguirá promoviendo este año la reforma estructural de la oferta en la industria siderúrgica, centrándose en las operaciones de gama alta, según declaró la semana pasada un funcionario de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, el planificador estatal chino.

"China controlará estrictamente el aumento de la nueva capacidad siderúrgica... (y) acelerará una transición ecológica", declaró Lu Weisheng, director del departamento de industria del planificador estatal, durante una reunión de los miembros del CISA.

Se prevé que la demanda de acero en China descienda un 1,7% en 2024, tras una caída del 3,3% en 2023, según pronosticó a finales de diciembre el Instituto de Planificación e Investigación de la Industria Metalúrgica de China, que cuenta con el respaldo del Estado.