O'Leary dijo que la identidad del próximo consejero delegado era secundaria frente a la necesidad de que Boeing resuelva los problemas que han causado retrasos en las entregas y han hecho retroceder los agresivos planes de crecimiento de su aerolínea.

Pero aún así dijo que preferiría que el consejero delegado de Boeing, Dave Calhoun, se quedara para completar el cambio de rumbo. Calhoun dijo el lunes que dimitiría a finales de año tras la marcha del jefe de fabricación de aviones comerciales de la compañía y de su presidente.

"No, no, no. La queremos en Seattle", dijo O'Leary a los periodistas cuando se le preguntó si Pope, que fue nombrada en su nuevo cargo esta semana, debería ser considerada como sucesora de Calhoun.

"Los problemas en Boeing se arreglarán si se arregla la producción de aviones en Seattle. No nos importa quién dirija el negocio general en Virginia, porque quienquiera que dirija la parte principal, que es la que trata con el gobierno y se ocupa de las cosas de defensa. Necesitamos a alguien en Seattle que gestione la producción en Seattle".

"Estoy contento con los cambios de gestión en Seattle. Preferiría que Dave Calhoun se quedara para completar el cambio. Creo que ha hecho un buen trabajo", añadió.

O'Leary ha respaldado sistemáticamente a Calhoun y ha achacado los problemas de Boeing a la gestión de la producción.

Una revuelta de los jefes de las aerolíneas estadounidenses ayudó a derrocar a Calhoun, según dijeron a Reuters personas familiarizadas con las discusiones.