El multimillonario empresario figura como el tercer posible testigo el viernes, después de un experto en valores y un inversor de Tesla, en el juicio por demanda colectiva en el tribunal federal de San Francisco.

Se espera que Musk, conocido por sus testimonios combativos, aborde por qué ha insistido en que contaba con el respaldo de los inversores saudíes para el acuerdo, que nunca llegó a materializarse, y si realizó a sabiendas una declaración materialmente engañosa con su tuit.

El caso es un raro juicio de acción colectiva sobre valores y los demandantes ya han superado grandes obstáculos legales, ya que el juez estadounidense Edward Chen dictaminó el año pasado que el tuit de Musk era falso e imprudente.

El abogado de los accionistas, Nicholas Porritt, dijo al jurado en sus declaraciones de apertura el miércoles que Musk mintió cuando envió el tuit, lo que costó la vida a inversores como Glen Littleton, el principal demandante.

El abogado de Musk, Alex Spiro, rebatió en su declaración de apertura que Musk creía que contaba con financiación de patrocinadores saudíes y que estaba tomando medidas para hacer realidad el acuerdo. Temiendo filtraciones a los medios, Musk trató de proteger al "accionista de a pie" enviando el tuit, que contenía "inexactitudes técnicas", dijo Spiro.

Un jurado de nueve personas decidirá si el tuit infló artificialmente el precio de las acciones de Tesla al exagerar el estado de la financiación de la operación y, en caso afirmativo, en qué medida.

Entre los acusados figuran directores actuales y anteriores de Tesla, de quienes Spiro dijo que tenían motivos "puros" en su respuesta al plan de Musk.

El juicio se reanuda el jueves tras un día de descanso.