Al igual que Namibia, muchas otras naciones africanas siguen prohibiendo los enlaces entre personas del mismo sexo, con lo que las parejas se arriesgan a la cárcel y al escarnio público.

Daniel Digashu y Johan Potgieter se habían casado en Sudáfrica, y Anette Seiler-Lilles y Anita Seiler-Lilles en Alemania, pero ambas parejas viven ahora en Namibia.

A Digashu, sudafricano, y a Anita Seiler-Lilles, nacida en Alemania, se les denegaron respectivamente las solicitudes de permiso de trabajo y de residencia por su estado civil homosexual.

Ante el tribunal, alegaron que la palabra "cónyuge" de la ley de inmigración namibia debía incluir a las parejas del mismo sexo o la cláusula debía declararse inconstitucional.

La juez Hannelie Prinsloo dijo que estaba de acuerdo pero que estaba obligada por una sentencia del Tribunal Supremo de hace más de 20 años que dice que Namibia no reconoce las relaciones entre personas del mismo sexo. "Sólo el Tribunal Supremo puede corregirse a sí mismo", afirmó, añadiendo que ya era hora de que la Constitución reflejara la realidad social.

DECEPCIÓN

Anette Seiler-Lilles, nacida en Namibia, dijo que aunque la decisión era decepcionante, también daba esperanzas de que las cosas pudieran cambiar, y que ahora estudiarían la posibilidad de apelar.

"Nos impactó emocionalmente", dijo sobre el calvario, y añadió que ella y Anita, compañeras desde hace más de 20 años y casadas desde hace 18, se sentían discriminadas.

Ian Southey-Swartz, ciudadano namibio y director de programas de Open Society Foundations-África, que respaldó a las parejas, se declaró desolado con la sentencia.

"La situación jurídica actual me ha convertido, y a muchos otros en mi situación, en ciudadanos de segunda clase, obligados a elegir entre nuestro país y nuestra familia", declaró en un comunicado.

El caso supuso el último desafío legal destinado a mejorar los derechos de los LGBTQ+ en Namibia.

En un veredicto aclamado como una gran victoria para las parejas homosexuales, en octubre el namibio Phillip Luhl y su marido Guillermo Delgado consiguieron la ciudadanía por descendencia para su hijo, nacido de un vientre de alquiler en Sudáfrica en 2019.