El economista y ex comentarista de televisión, que quiere sacudir la asediada economía argentina con un recorte de costes "a golpe de motosierra", privatizaciones y políticas de mercado, se está ganando a los mercados pero se enfrenta a la resistencia de los trabajadores y los legisladores.
Su discurso vespertino será seguido de cerca, después de que el Congreso rechazara el mes pasado su emblemático proyecto de reforma y pudiera llevar sus cuchillos a su extenso decreto presentado cuando asumió el cargo en diciembre, al comenzar las sesiones legislativas ordinarias.
Milei podría moderarse y tender la mano al otro lado del pasillo -lo necesita con sólo una pequeña parte de la legislatura- o salir a pelear después de que tachara a legisladores y gobernadores de "traidores" por oponerse a su proyecto y dijera que el Congreso era un "nido de ratas".
"La gente está esperando a ver el contenido y el tono de las palabras del presidente", dijo en un informe la empresa financiera local SBS Group.
"El acto tiene lugar en el contexto de las recientes tensiones, tanto con las provincias como con otros actores políticos tras la caída de la "ley ómnibus" hace unas semanas, así como de los precios distorsionados que golpean el poder adquisitivo de la gente".
La inflación superior al 250%, anterior a Milei pero que aumentó después de que éste devaluara bruscamente la moneda, el peso, en diciembre, ha disparado los niveles de pobreza, que se ven cercanos al 60%, aumentando las tensiones entre trabajadores y sindicatos, y provocando más huelgas y protestas.
Se esperan nuevas protestas en la capital el viernes por la tarde contra los recortes de los subsidios y frente al Congreso.
Algunas regiones poderosas también han contraatacado a Milei por los recortes de financiación previstos, entre ellas la provincia de Chubut, rica en petróleo y gas, y la populosa provincia de Buenos Aires. La provincia de La Rioja también ha advertido de que dejará de pagar bonos debido a la situación económica, una espina clavada en el costado de Milei en su intento de ganarse a los sufridos inversores.
Los mercados, mientras tanto, subieron el viernes, con el peso en el mercado negro cayendo cerca de los 1.000 por dólar, estrechando aún más la brecha con la tasa oficial controlada en 843 pesos.
Los bonos soberanos, que han experimentado un pequeño repunte en el último mes, ya que los inversores han aplaudido las medidas de austeridad y el ajuste fiscal de Milei, subieron un 0,2% de media, mientras que el índice de renta variable S&P Merval subió un 2,3%. (Reportaje de Walter Bianchi; Edición de Adam Jourdan y Marguerita Choy)
