FRÁNCFORT (EFE Dow Jones)--Las autoridades del Banco Central Europeo acordaron el jueves un nuevo marco de política monetaria para el largo plazo en el que aspiran a que se alcance una inflación ligeramente superior, en una región que está afrontando dificultades para salir de la grave recesión del Covid-19, aunque el cambio no es tan drástico como el presentado por la Reserva Federal de Estados Unidos.

Las modificaciones del BCE, las primeras en casi dos décadas, representan un punto intermedio entre los más conservadores de los países del norte como Alemania, que tienden a temer una alta tasa de inflación, y los del sur de Europa como Italia, que están más preocupados por la debilidad del crecimiento económico.

El BCE dijo que tiene el objetivo de conseguir que la inflación de la eurozona se mantenga en el 2% en el medio plazo, en lugar del actual objetivo de justo por debajo del 2%, y dará margen para que se supere esta meta cuando sea necesario. También señaló que incorporará los precios de las viviendas en su cálculo de la tasa de inflación y apoyará los esfuerzos para combatir el cambio climático a través de programas de compras de bonos y del sistema de activos de garantía.

La Reserva Federal presentó el año pasado un cambio de política monetaria más ambicioso al indicar que buscará una tasa de inflación que promedie el 2% a lo largo del tiempo. Eso significa que la Fed planea permitir que supere el 2% para compensar los lapsos en los que baje de ese nivel.

Un objetivo de inflación más elevado apunta a un periodo más largo de relajación monetaria, lo que debería ofrecer estímulos adicionales a la economía.

La decisión del BCE, tras 18 meses de reflexión, deja claro que no alcanzar la meta es tan perjudicial como superarla, lo que supone que el BCE podría reaccionar antes ante largos periodos de inflación baja.

"Debería hacer que el BCE endurezca [su política monetaria] más tarde para asegurar realmente que la inflación vuelve al objetivo, y no se asuste cuando la inflación casi alcance el 2%, como ha ocurrido antes bajo el objetivo asimétrico", afirmó Christian Odendahl, economista jefe de Centre for European Reform.

El banco central ha sido criticado por subir los tipos de interés de forma prematura en 2008 y de nuevo en 2011, en un intento por controlar la inflación, junto antes de que a eurozona cayera en recesión.

Sin embargo, a diferencia de la Fed, el BCE no intentará activamente que la inflación supere el objetivo para compensar niveles bajos previos.

En la práctica, la decisión del BCE "no supondrá una gran diferencia" puesto que la mayoría de lo miembros del consejo "probablemente ya apuntaban a ese [objetivo del 2%] de todas formas", asegura Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg Bank.

"No es necesario para la perspectiva económica, que es muy positiva de todas formas, intentar impulsar la inflación por encima del 2% durante algún tiempo. Y podría ser dinamita política en países como Alemania", añadió Schmieding.

El BCE ha tenido dificultades durante años para cumplir incluso su actual meta. La inflación anual de la eurozona ha mediado el 1,2% desde el verano de 2008, por debajo del 2,1% de los nueve años previos, según Natixis.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, inició la revisión estratégica a principios de 2020, debido a la probabilidad de que los bancos centrales de todo el mundo afronten mayores dificultades que en el pasado para estimular el crecimiento debido a los bajos niveles de los tipos de interés. Es el primer cambio del marco de política monetaria del banco central desde que aprobó su meta de inflación formal de "por debajo pero cerca del 2%" en 2003, cinco años después de que se estableciera la institución.

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Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com

Editado por NUC

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