La posibilidad de que el ex presidente Donald Trump vuelva a ganar la Casa Blanca en noviembre tiene a los inversores preparándose para varios escenarios, con el "patio trasero de Estados Unidos" en lo alto de la lista de mercados a vigilar.

La administración Trump tuvo relaciones tensas con gran parte de América Latina, incluso durante la distribución de las vacunas COVID-19 y cuando el gobierno estadounidense retuvo ayuda financiera clave a cambio de políticas migratorias más estrictas en América Central.

A continuación se presentan los puntos álgidos identificados por los inversores que anticipan cómo una posible segunda administración Trump podría impactar en la región:

UN BUEN VECINO

México ha sido durante mucho tiempo una veleta de los mercados emergentes para la política estadounidense y su impacto en los mercados emergentes en general, pero esta vez los factores internos harían la situación más compleja.

La victoria electoral de Trump en 2016 hizo caer al peso casi un 8% en una semana.

Pero esta vez, el peso ya ha bajado un 6% este año tras desplomarse en junio cuando el partido gobernante en las elecciones del país se acercó a una supermayoría, con los mercados temiendo cambios constitucionales y una disminución de los controles y equilibrios.

En cuanto a las relaciones entre Estados Unidos y México, se espera que el comercio encabece la agenda, según los analistas. Trump encabezó la renovación del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés) y faltan dos años para una revisión programada. El próximo presidente estadounidense tiene la oportunidad de confirmar si su país permanecerá en él.

"Es muy poco probable que Trump salga del USMCA, pero podría amenazar con hacerlo para extraer aranceles más altos y más inversión interna en la fabricación estadounidense", dijo Hasnain Malik, jefe de investigación de renta variable de Tellimer en Dubai.

"Para México, más ampliamente, la relación será menos cómoda, con el enfoque de Trump en los controles fronterizos perjudicando potencialmente el crecimiento a largo plazo de las remesas".

Se espera que el peso se muestre volátil antes de las elecciones estadounidenses, ya que los operadores lo utilizan como cobertura o para revalorizar la probabilidad de que Biden sea reelegido.

RELACIONES PERSONALES

Dos de los populistas de derechas más extravagantes de América Latina -el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y el de Argentina, Javier Milei- se presentaron junto a Trump en la Conferencia de Acción Política Conservadora de febrero, que es la mayor reunión de activistas y políticos conservadores de Estados Unidos. Ambos países buscan apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), con sede en Washington.

Ya en 2018, Trump apoyó abiertamente al entonces presidente de Argentina, Mauricio Macri, en su empeño por conseguir dinero del FMI, que se convirtió en un programa masivo de 44.000 millones de dólares. Se espera que Milei, un partidario público de Trump, pida dinero fresco una vez que el programa actual termine en diciembre, si no antes.

También se espera que Bukele, de El Salvador, vuelva a comprometerse con el FMI tras las elecciones estadounidenses con el objetivo de conseguir un nuevo programa. Una oferta de El Salvador en abril de un bono que aumentaría la rentabilidad si el país no conseguía un nuevo programa del FMI o una elevación significativa de la calificación crediticia en los próximos 18 meses fue vista por los analistas como una apuesta de Bukele a que Trump ganara la Casa Blanca y hablara bien de él en el FMI.

"(Bukele) está muy unido a los republicanos", dijo Thys Louw, gestor de cartera de Ninety One, añadiendo que El Salvador también está tratando de encontrar nueva financiación en otros lugares.

"La esperanza es que una vez que tengan una administración Trump, se apoyarán en el FMI, y el FMI será mucho más indulgente con ellos".

PERSPECTIVAS DE SANCIONES A VENEZUELA

La forma en que se desarrollen las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio podría determinar si tiene alguna perspectiva de reincorporarse a la comunidad internacional. En su anterior mandato, Trump endureció las sanciones contra el productor de petróleo sudamericano; Biden ha intentado restablecer los lazos con vistas a garantizar unas elecciones justas.

El próximo presidente estadounidense determinará probablemente si una reestructuración masiva de la deuda -Venezuela debe al menos 60.000 millones de dólares sólo en bonos soberanos- llegará a producirse, ya que requiere una nueva emisión de bonos, actualmente prohibida por las sanciones estadounidenses.

"Venezuela es uno de esos países que probablemente esté sujeto a cambios bajo una administración Trump", dijo Bradley Wickens, consejero delegado de Broad Reach Investment Management, añadiendo que los bonos venezolanos que cotizan a precios profundamente distressed podrían ser atractivos para los inversores en el contexto de una distensión entre Washington y Caracas.

"No estoy seguro de que eso continúe bajo Trump".

También se espera que las relaciones con Cuba y Nicaragua, ambas dirigidas por gobiernos autoritarios, se tensen aún más bajo una administración Trump.

ESCALADA DE LA GUERRA COMERCIAL CHINA

Los obstáculos y los costes añadidos al comercio con China impuestos durante la administración Trump fueron mantenidos por Biden, que ha subido aún más la tensión con Pekín.

Algunos analistas prevén que si la guerra comercial con China se intensifica, Pekín podría optar por devaluar su moneda para hacer más competitivas sus exportaciones. Una medida así podría afectar a los exportadores de materias primas de América Latina, con Brasil, Argentina, México y Chile entre los mayores socios comerciales regionales de Pekín.