Freeland dijo que no descartaba ningún resultado de la investigación, una clara insinuación de que Ottawa podría retirarse de un banco al que se unió oficialmente en marzo de 2018.

El director de comunicaciones globales del banco, un canadiense, dijo el miércoles que había dimitido y criticó al banco por estar "dominado por el Partido Comunista", acusaciones que el BAII dijo que eran infundadas.

"El Gobierno de Canadá detendrá inmediatamente toda actividad dirigida por el Gobierno en el banco. Y he dado instrucciones al Ministerio de Finanzas para que dirija una revisión inmediata de las acusaciones planteadas y de la participación de Canadá en el AIIB", declaró Freeland a los periodistas.

Dijo que mientras las democracias del mundo se esforzaban por limitar sus vulnerabilidades estratégicas frente a los regímenes autoritarios, debían tener claras las formas en que esos gobiernos ejercían su influencia.

"La revisión que anuncio hoy se llevará a cabo con celeridad. Y no descarto ningún resultado tras su finalización", declaró.

El primer ministro liberal Justin Trudeau estaba en el poder cuando Canadá se adhirió al BAII. Los conservadores de la oposición llevan tiempo exigiendo a Ottawa que se retire del banco, afirmando que es una herramienta de Pekín para exportar autoritarismo a todo el Pacífico.

Las declaraciones de Freeland marcan un nuevo retroceso en las relaciones bilaterales con China, que han sido gélidas durante los últimos cinco años.

La Real Policía Montada de Canadá dijo el martes que estaba investigando las acusaciones de que China intentó intimidar a un legislador federal conservador.

Canadá ha acusado a China de intentar inmiscuirse en sus asuntos a través de diversos ardides, como comisarías ilegales y la persecución de legisladores. Pekín niega todas esas acusaciones.