La política de las "tres líneas rojas" se dio a conocer en agosto de 2020 para hacer frente al endeudamiento desenfrenado de los promotores inmobiliarios restringiendo la cantidad de nuevos préstamos que pueden obtener cada año.

Pekín podría permitir a algunas empresas inmobiliarias añadir más apalancamiento suavizando los límites de endeudamiento, y retrasar el periodo de gracia para cumplir los objetivos de deuda fijados por la política. Los reguladores también podrían ampliar el plazo en al menos seis meses, que originalmente era el 30 de junio, según el informe citando a personas familiarizadas con el asunto.

Según la nueva propuesta, China suavizará las restricciones al crecimiento de la deuda de los promotores dependiendo de cuántas líneas rojas cumplan, suavizando los límites de endeudamiento a las empresas que cumplan los tres umbrales, añadió el informe.

El sector inmobiliario chino, que representa una cuarta parte de la economía, se vio gravemente afectado el año pasado, ya que los promotores inmobiliarios, faltos de liquidez, no pudieron terminar la construcción de apartamentos, lo que provocó un boicot hipotecario por parte de algunos compradores. Varios de los mayores promotores del país también incumplieron el pago de su deuda y están enredados en prolongadas negociaciones de reestructuración.

Para apoyar al sector, los responsables políticos han anunciado una serie de medidas en los últimos meses, como facilitar a los promotores la obtención de nuevos fondos, prórrogas en la devolución de los préstamos y más ayuda para los compradores de viviendas. Pero los analistas esperan que la recuperación sea larga y llena de baches.

La métrica de las "tres líneas rojas" pone topes a los ratios deuda/efectivo, deuda/activos y deuda/capital y pide a los promotores inmobiliarios que faciliten más detalles sobre sus deudas.