La iniciativa estadounidense-saudí es el primer intento serio de poner fin a los combates entre el ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) que han convertido partes de la capital sudanesa, Jartum, en zonas de guerra y han desbaratado un plan respaldado internacionalmente para instaurar un gobierno civil tras años de disturbios y levantamientos.

Las batallas libradas desde mediados de abril han causado cientos de muertos y miles de heridos, han interrumpido el suministro de ayuda y han hecho huir al extranjero a 100.000 refugiados.

Aunque los mediadores buscan un camino hacia la paz, ambas partes han dejado claro que sólo discutirían una tregua humanitaria, no negociarían el fin de la guerra.

Al confirmar la asistencia de su grupo, el líder de RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, conocido comúnmente como Hemedti, dijo que esperaba que las conversaciones lograran el objetivo previsto de garantizar el paso seguro de los civiles.

Hemedti ha prometido capturar o matar al líder del ejército, Abdel Fattah al-Burhan, y también hubo pruebas sobre el terreno de que ambas partes siguen sin estar dispuestas a llegar a compromisos para poner fin al derramamiento de sangre.

El conflicto comenzó el 15 de abril tras el fracaso de un plan respaldado internacionalmente para una transición a la democracia.

Burhan, un oficial de carrera del ejército, encabeza un consejo gobernante instalado tras la destitución en 2019 del autócrata Omar al-Bashir, que llevaba mucho tiempo en el poder, y un golpe militar en 2021, mientras que Hemedti, un antiguo líder de las milicias que se dio a conocer en el conflicto de Darfur, es su adjunto.

Antes de los combates, Hemedti había estado dando pasos como acercarse a una coalición civil que indicaban que tenía planes políticos. Burhan ha culpado de la guerra a sus "ambiciones".

Las potencias occidentales han respaldado la transición hacia un gobierno civil en un país que se encuentra en una encrucijada estratégica entre Egipto, Arabia Saudí, Etiopía y la volátil región africana del Sahel.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, viajó a Arabia Saudí el fin de semana para mantener conversaciones con dirigentes saudíes.