Ahora se encuentra entre las decenas de conductores varados en el limbo con productos perecederos, como consecuencia de las duras sanciones impuestas por los socios regionales e internacionales de Níger tras la toma del poder por los militares.

"Las consecuencias son desastrosas ... Si se dejan en el camión, las cebollas tienen como mucho una semana antes de pudrirse", dijo Mounkaila el miércoles en un depósito a las afueras de Niamey, donde los conductores se apiñaban discutiendo qué hacer con sus cargamentos.

El cierre de las fronteras por parte de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental supone una amenaza especial para Níger, país sin salida al mar y empobrecido. En medio de una crisis alimentaria que se agrava, la mayoría de las importaciones clave -incluido el arroz- se harían normalmente por camión desde los países vecinos.

"El hecho de que hayan tomado semejante decisión demuestra que no respetan al pueblo nigerino", declaró el jefe del sindicato de camioneros nigerinos, Yacouba Almou.

Hasta 1.000 vehículos al día - muchos de ellos transportando mercancías a los mercados - transitan normalmente por el corredor comercial entre el puerto de Cotonú, en Benín, y Niamey, lo que lo convierte en uno de los pasos más transitados de África Occidental, según datos del gobierno estadounidense.

La junta de Níger anunció el miércoles por la noche que se habían reabierto las fronteras con Argelia, Burkina Faso, Malí, Libia y Chad, pero las de Benín y Nigeria, y los enlaces vitales con sus puertos atlánticos, siguen cerradas debido a las sanciones de la CEDEAO.

El jefe del sindicato dijo que los cuellos de botella eran especialmente dolorosos porque la actual temporada de lluvias significa que la vida útil de los alimentos es más corta debido a la humedad.

En los últimos días, uno de los miembros del sindicato vio cómo se echaba a perder su carga de arroz por valor de 1.200 dólares porque no pudo entregarla, dijo.

Níger no puede permitirse semejante despilfarro. En medio de una crisis de hambre que asola partes de África Occidental, 3,3 millones de nigerinos se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria, el segundo nivel más alto en más de una década, según declaró en julio el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, antes de que el golpe de estado sumiera al país en una mayor agitación.

Ahora los camioneros y sus cargas se encuentran entre las primeras víctimas de las amplias sanciones destinadas a doblegar a los golpistas mediante la presión económica y política.

El conductor Tchabana Sako dijo que había estado esperando para conducir a Togo vía Benin, pero que se había quedado atascado en el depósito de Niamey desde el golpe de estado para no quedarse retenido en la frontera como otros conductores.

"Pero actualmente estoy sin recursos: me he gastado lo poco que llevo encima. Y quién sabe cuándo acabarán las sanciones".

(1$ = 623,8600 francos CFA)