La energía nuclear sigue siendo controvertida en Europa, sobre todo por motivos de seguridad, y la noticia de la puesta en marcha de OL3 se produce mientras Alemania apaga el sábado los tres últimos reactores que le quedan, mientras Suecia, Francia, Gran Bretaña y otros países planean nuevos desarrollos.

El operador de OL3, Teollisuuden Voima (TVO), propiedad de la compañía eléctrica finlandesa Fortum y de un consorcio de empresas energéticas e industriales, ha declarado que se espera que la unidad cubra alrededor del 14% de la demanda de electricidad de Finlandia, reduciendo la necesidad de importaciones de Suecia y Noruega.

La construcción del reactor de 1,6 gigavatios (GW), la primera central nuclear nueva de Finlandia en más de cuatro décadas y la primera de Europa en 16 años, comenzó en 2005. En un principio, la central debía inaugurarse cuatro años más tarde, pero se vio plagada de problemas técnicos.

OL3 suministró por primera vez una producción de prueba a la red eléctrica nacional de Finlandia en marzo del año pasado y en aquel momento se esperaba que comenzara su producción regular cuatro meses después, pero en lugar de ello sufrió una serie de averías y cortes que tardaron meses en solucionarse.

Como resultado de la puesta en marcha, los analistas han afirmado que Finlandia, el único país nórdico con un gran déficit de energía, puede esperar unos costes de electricidad más bajos.

Las exportaciones de electricidad rusa a Finlandia finalizaron el pasado mes de mayo, cuando la compañía eléctrica rusa Inter RAO dijo que no se le había pagado la energía vendida, como consecuencia del creciente abismo entre Moscú y Europa por la guerra de Ucrania.

Poco después, el monopolio estatal ruso de exportación Gazprom puso fin a los envíos de gas natural a la nación nórdica.