Uno de los presuntos conspiradores avisó el sábado a las autoridades de un supuesto "plan para desestabilizar las instituciones de la república", dijo la fiscalía en un comunicado.

Se está llevando a cabo una investigación y se ha interrogado a los soldados, añadió.

Los gobiernos de África Occidental y Central están en alerta máxima por si se producen golpes de estado tras los exitosos golpes de Estado de los últimos 18 meses en Malí y Guinea. Los militares también tomaron el poder en Chad el año pasado después de que el presidente Idriss Deby muriera en el campo de batalla.

Los gobiernos vecinos han impuesto fuertes sanciones a los gobernantes militares de Guinea y Malí en un esfuerzo por evitar cualquier efecto de contagio en una región que en su día fue conocida como el "cinturón golpista" de África.

Burkina Faso parece ser especialmente vulnerable. El aumento de la violencia por parte de militantes islamistas vinculados a Al Qaeda y al Estado Islámico mató a cientos de soldados y civiles el año pasado, lo que provocó violentas protestas callejeras en noviembre en las que se pedía la dimisión del presidente Roch Kabore.

El gobierno burkinés suspendió entonces el servicio de Internet móvil durante más de una semana, y la tensa situación llevó al enviado especial de las Naciones Unidas para África Occidental a advertir contra cualquier toma de posesión militar.