Según la policía del estado de Queensland, dos helicópteros colisionaron a unos 300 metros de altura el lunes por la tarde cuando uno aterrizaba y otro despegaba cerca de Sea World, en la Costa Dorada australiana.
El helicóptero que estaba despegando se estrelló, matando a cuatro de las siete personas que iban a bordo, entre ellas la piloto Ashley Jenkinson, de 40 años, y dos visitantes del Reino Unido.
Un segundo helicóptero que transportaba a seis personas aterrizó en un banco de arena cercano y cinco de ellas sufrieron heridas leves.
El comisario jefe de la Oficina Australiana de Transportes (ATB), Angus Mitchell, declaró que el aterrizaje seguro evitó una catástrofe aún peor.
"Así que aunque ha sido muy trágico que cuatro personas hayan perdido la vida y muchas familias están de luto esta mañana, podríamos haber tenido una situación mucho peor aquí y el hecho de que un helicóptero haya logrado aterrizar ha sido bastante notable", dijo Mitchell en una conferencia de prensa el martes.
Las autoridades aún no han dado el nombre de los otros fallecidos: una mujer de 57 años y un hombre de 65 del Reino Unido, que eran un matrimonio, y una mujer de 36 del estado australiano de Nueva Gales del Sur.
La Alta Comisión británica no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios por correo electrónico y teléfono.
Los tres supervivientes del helicóptero accidentado, entre ellos dos niños de 9 y 10 años y una mujer de 33, fueron trasladados a un hospital con heridas graves. El niño de 10 años se encuentra en estado crítico. La mujer de 33 años y el niño de 9 resultaron gravemente heridos, según las autoridades.
La ATB ha iniciado una investigación sobre el accidente junto con la policía local y espera tener un informe preliminar en un plazo de ocho semanas.
Sea World Helicopters, que operaba la aeronave implicada en el accidente, es independiente del propietario de Sea World, Village Roadshow Theme Parks, y está cerrada hasta nuevo aviso, según un comunicado en su página web. Sea World estaba abierto el martes.
