La actividad manufacturera de Hungría se contrajo por primera vez en 17 meses en septiembre, según mostró una encuesta el lunes, y la producción siguió cayendo en la República Checa y en Polonia, ya que la alta inflación y el aumento de los costes energéticos agudizaron su impacto en Europa central.

Hungría se unió a sus homólogos centroeuropeos en la señalización de una contracción del sector manufacturero, ya que la crisis energética europea y la inflación en máximos de una década golpean tanto a los consumidores como a las empresas.

El índice de gestores de compras (PMI) ajustado estacionalmente del país cayó a 49,6 en septiembre, por debajo del nivel de 50 que divide el crecimiento de la contracción y por debajo del 57,8 de agosto, según la Asociación Húngara de Logística, Compras y Gestión de Inventarios (MLBKT).

El PMI manufacturero polaco de S&P Global redujo su ritmo de contracción, subiendo a 43,0 en septiembre desde los 40,9 de agosto.

El PMI checo, también bajo encuesta de S&P Global, se situó en su nivel más bajo desde mayo de 2020, cayendo a 44,7 en septiembre desde los 46,8 del mes anterior.

En Hungría, los volúmenes de producción se redujeron por debajo de la marca de 50 puntos, registrando su lectura más baja para el mes desde 1995.

Los nuevos pedidos de los fabricantes polacos descendieron por séptimo mes consecutivo, lo que se reflejó en una menor producción. En la República Checa se observó un panorama similar.

Las encuestas polacas y checas también mostraron que la inflación de los precios de los insumos comienza a repuntar.

Esto se produce mientras los líderes de la Unión Europea buscan formas de contener el aumento de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania y mientras los flujos de gas ruso hacia el bloque caen.

Ante el riesgo de recesión en Europa central, ya que la capacidad de gasto de los consumidores se ve afectada por la elevada inflación, los responsables de la fijación de los tipos han tratado de poner fin a los ciclos de fuertes subidas de los tipos de interés durante el pasado año, incluso cuando las presiones sobre los precios siguen siendo una burbuja. (Reportaje de Jason Hovet en Praga, Krisztina Than y Gergely Szakacs en Budapest, y Alan Charlish y Anna Wlodarczak-Semczuk en Varsovia, edición de Ed Osmond)