MARSELLA, Francia, 23 sep (Reuters) - El papa Francisco condenó el sábado los "nacionalismos beligerantes" y pidió una respuesta paneuropea a la migración para evitar que el Mediterráneo, donde miles de personas se han ahogado, se convierta en "tumba de la dignidad".

El Santo Padre se pronunció a favor de la acogida de los migrantes, en un largo discurso con el que concluyó una conferencia de la Iglesia sobre cuestiones mediterráneas en Marsella, puerto francés que durante siglos ha sido encrucijada de culturas y religiones.

"Hay un grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortuum, el Mediterráneo de cuna de la civilización en tumba de la dignidad: Es el grito ahogado de los hermanos y hermanas migrantes", dijo, utilizando términos latinos que significan "nuestro mar" y "mar de la muerte".

El Sumo Pontífice fue recibido en el puerto donde se encuentra el centro de conferencias por el presidente Emmanuel Macron, con quien tenía previsto mantener una reunión privada más tarde el sábado antes de regresar a Roma.

Francisco comenzó la jornada visitando un centro para necesitados en el barrio marsellés de Saint Mauront, uno de los más pobres de Francia, gestionado por la orden de monjas fundada por Santa Madre Teresa.

Más tarde, en la conferencia, pidió "un amplio número de entradas legales y regulares" de inmigrantes, haciendo hincapié en la acogida de quienes huyen de la guerra, el hambre y la pobreza, más que en la "conservación del propio bienestar".

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), unos 178.500 migrantes han llegado a Europa a través del Mediterráneo este año, mientras que unos 2.500 murieron o desaparecieron.

Los gobiernos de varios países europeos, como Italia, Hungría y Polonia, tienen gobiernos con una posición abiertamente contraria a la inmigración.

El Papa pidió a la gente que escuche "los gritos de dolor que se elevan desde Africa del Norte y Oriente Medio".

"¡Cuánta necesidad tenemos de esto en la coyuntura actual, cuando nacionalismos anticuados y beligerantes quieren hacer desvanecer el sueño de la comunidad de las naciones!", dijo. No nombró a ningún país.

Aunque Francisco ha dicho a menudo que los inmigrantes deberían repartirse entre los 27 países de la UE, su apertura general hacia los inmigrantes, incluida una vez en la que calificó su exclusión de "escandalosa, repugnante y pecaminosa", ha irritado a los políticos conservadores.

Su viaje de 27 horas ha estado dominado por las cuestiones migratorias. El viernes dijo que los inmigrantes que corren el riesgo de ahogarse en el mar "deben ser rescatados" porque hacerlo es "un deber de humanidad" y que quienes impiden los rescates cometen "un gesto de odio".

(Reporte de Philip Pullella; Editado en Español por Ricardo Figueroa)