El banco central dijo que el mayor riesgo para los bancos era su exposición a las empresas inmobiliarias comerciales altamente endeudadas, pero añadió que los altos niveles de deuda de los hogares también eran un problema.

"La evolución económica conlleva un mayor riesgo de pérdidas crediticias importantes entre los principales bancos suecos", dijo el banco central en un informe periódico sobre la estabilidad financiera.

"Dado que los riesgos han aumentado, el Riksbank considera que los bancos deben ser restrictivos con respecto a los grandes pagos de dividendos y a la recompra de acciones".

La economía sueca ha crecido con fuerza este año a pesar de que la inflación se acerca al 10%, mientras que el aumento de los tipos de interés ha hecho subir los ingresos de los bancos por los préstamos a las empresas y a los hogares.

Los beneficios de los principales prestamistas suecos -Sedbank, Nordea, Handelsbanken y SEB- se han disparado en los últimos trimestres, pero hay nubarrones en el horizonte, ya que la mayoría de los economistas prevén que el crecimiento se ralentizará considerablemente el próximo año.

En una reciente previsión, el grupo bancario Nordea dijo que esperaba que el producto interior bruto (PIB) se contrajera un 2,0% en 2023.

El sector inmobiliario comercial ha aumentado fuertemente su endeudamiento en los últimos 10 años, con una deuda que se elevará a 2.300.000 millones de coronas suecas (215.000 millones de dólares) en 2021 -alrededor del 42% del PIB- desde los 1.300.000 millones de 2012, según el Riksbank.

Las empresas inmobiliarias representan alrededor del 43% de los préstamos corporativos de los bancos.

Una contracción del crédito obligaría a las empresas a recortar la inversión, golpeando la construcción y el crecimiento económico. También podría provocar grandes depreciaciones en los valores inmobiliarios.

"En el peor de los casos, el aumento de los costes de los préstamos podría llevar a las empresas inmobiliarias a incumplir sus pagos", dijo el Riksbank en su informe.

La subida de los tipos de interés y la inflación ya han afectado al mercado inmobiliario, y se espera que los precios caigan un 20% para el próximo verano desde su máximo en la primavera de este año.

Aunque el mercado laboral sigue siendo fuerte, se prevé que el desempleo aumente y que algunos hogares tengan dificultades para hacer frente a los mayores costes de las hipotecas y al aumento de las facturas de alimentos y energía.

Las acciones de los principales bancos suecos cotizaron a la baja el miércoles, reflejando la caída del índice europeo más amplio.

(1 dólar = 10,7591 coronas suecas)