En la Conferencia Ministerial Africana sobre Medio Ambiente celebrada en Dakar, Kerry reconoció que los 48 países del África subsahariana sólo emiten el 0,55% de las emisiones nocivas mundiales, pero dijo que todas las naciones debían unirse ante la crisis.

"Todos nosotros estamos amenazados por las emisiones, y a la Madre Naturaleza no le importa de dónde proceden esas emisiones", dijo Kerry a los delegados.

"El desafío de la crisis climática proviene de la crisis de las emisiones en cada país".

Veinte países, incluido Estados Unidos, son responsables del 80% de las emisiones mundiales, dijo Kerry. El carbón, el petróleo y el gas -impulsores de la economía estadounidense- son los peores emisores, según coinciden los expertos en clima.

A medida que los impactos del cambio climático se hacen patentes, las grandes economías tienen la difícil tarea de intentar persuadir a las naciones africanas para que frenen sus emisiones o reduzcan sus inversiones en combustibles fósiles en un momento crítico de su propio desarrollo económico.

Senegal se convertirá en un importante productor de petróleo y gas cuando los nuevos yacimientos explotados frente a su costa atlántica comiencen a producir en los próximos dos años. El presidente Macky Sall ha dicho que poner fin a la financiación de la exploración de gas sería un "golpe fatal" para las economías emergentes.

Sin embargo, el mensaje de Kerry llega en un momento revelador: Las inundaciones han matado a cientos de personas esta temporada de lluvias en Nigeria, Níger y Chad, y millones de personas se enfrentan a una grave hambruna en el Cuerno de África a causa de la sequía.

"No podemos permitirnos repetir los errores del pasado", dijo Kerry. "La forma en que decidan abordar el futuro tendrá un profundo impacto, no sólo en África, sino en nuestra capacidad como planeta para resolver este problema".