Las fuerzas de Kiir y Machar firmaron un acuerdo de paz en 2018 que puso fin a cinco años de guerra civil. Pero su aplicación ha sido lenta y las fuerzas enfrentadas se han enfrentado con frecuencia por desacuerdos sobre cómo compartir el poder.

Los combates se han recrudecido en las últimas semanas. El Movimiento Popular de Liberación de Sudán/Ejército en la Oposición (SPLM/A-IO) de Machar suspendió su participación en los mecanismos de supervisión del acuerdo de paz el 23 de marzo, alegando ataques de las fuerzas gubernamentales.

En una ceremonia de firma celebrada el domingo por la noche, a la que asistió un representante del gobierno del vecino Sudán, Kiir y Machar volvieron a comprometerse con el acuerdo de paz, acordando respetar un alto el fuego anterior y acelerar la integración de sus fuerzas.

Los generales de la oposición serán nombrados en una estructura de mando unificada en la próxima semana. Las partes pasarán entonces a graduar a los soldados del SPLM/A-IO de los centros de entrenamiento para integrarlos en el ejército.

"Debemos poner en práctica lo que decimos. El pueblo de Sudán del Sur espera eso de nosotros", declaró Martin Gama Abucha, representante del SPLM/A-IO, tras la firma.

Tut Gatluak Manime, representante del partido de Kiir, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), dio las gracias a Sudán "por estar con nosotros para evitar otra escalada hacia la guerra y por apoyar la aplicación del acuerdo de paz".

Quedan por concretar los detalles, incluida la proporción exacta de tropas pro-Kiir y pro-Machar en el ejército unificado. Un portavoz del SPLM/A-IO dijo que la proporción estaría entre 55:45 y 60:40.

La guerra civil de Sudán del Sur entre 2013 y 2018, a menudo librada siguiendo líneas étnicas, se cobró unas 400.000 vidas, desencadenó una hambruna y creó la mayor crisis de refugiados de África desde el genocidio de 1994 en Ruanda.