Y el sábado, el gobierno de Uvalde hizo pública una carta de Arredondo en la que renunciaba a su puesto en el ayuntamiento.

Su dimisión se produce en medio de las críticas por su respuesta a la masacre escolar.

En una audiencia en el Senado estatal el mes pasado, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas criticó a Arredondo por sus decisiones de aquel día.

Steven McCraw, del DPS, dijo que, a pesar de la presencia de 19 policías en el lugar poco después del ataque, Arredondo optó por esperar a que llegaran más agentes y equipos en lugar de enfrentarse al pistolero.

Los agentes esperaron durante más de una hora antes de que un equipo táctico de la Patrulla Fronteriza estadounidense entrara en la habitación y matara a tiros al sospechoso de 18 años.

Un funcionario estatal dijo el mes pasado que la policía perdió tiempo buscando la llave de la puerta del aula, que no estaba cerrada.

Arredondo ha dicho que nunca se consideró el comandante del incidente y que no ordenó a la policía que se abstuviera de entrar en el edificio.

El mes pasado, el distrito escolar de la ciudad lo puso en licencia administrativa de sus funciones como jefe de policía.

Arredondo dijo en la carta que renunciaba "para minimizar más distracciones" en Uvalde. Sus planes de renuncia fueron reportados primero por el Uvalde Leader-News.

El gobierno de Uvalde dijo en un comunicado que la dimisión era "lo correcto" para Arredondo.

La indignación por la masacre ayudó a galvanizar el apoyo en el Congreso de Estados Unidos a la primera gran reforma federal de las armas en casi tres décadas, que el presidente Joe Biden, un demócrata, firmó como ley el 25 de junio.