La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés (SNP), ha dicho que quiere celebrar una votación sobre la independencia el 19 de octubre de 2023, pero que tiene que ser legal y reconocida internacionalmente.

La primera ministra británica, Liz Truss, y su predecesor, Boris Johnson, dijeron que no concederían permiso para ningún referéndum, afirmando que el plebiscito de 2014, en el que los escoceses rechazaron poner fin a la unión de 300 años por un 55% a 45%, fue un acontecimiento único en una generación que no debería repetirse.

Sin embargo, el SNP dice que el voto de 2016 para que Gran Bretaña abandone la Unión Europea, al que se opuso la mayoría de los votantes escoceses, había cambiado materialmente las circunstancias.

El Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial británica con autoridad sobre todos los asuntos civiles en el Reino Unido, se pregunta ahora si el gobierno escocés puede aprobar una legislación que permita un segundo referéndum sin la aprobación del parlamento británico en Londres.

"Es probable que pasen algunos meses antes de que emitamos nuestro juicio", dijo Robert Reed, el presidente del Tribunal Supremo, en la apertura de dos días de audiencias, que, según dijo, son la "punta del iceberg" del caso.

Según la Ley de Escocia de 1998, que creó el parlamento escocés y devolvió algunos poderes a Westminster, todos los asuntos relacionados con la Unión de los Reinos de Escocia e Inglaterra están reservados al parlamento británico.

El gobierno británico dice que eso significa que es el único que puede aprobar cualquier referéndum.

Sin embargo, el SNP, que ha dominado la política escocesa durante más de una década, ganando la abrumadora mayoría de los escaños escoceses en las elecciones del Reino Unido de 2019, dice que esto significa que se están ignorando las opiniones de los escoceses.

El año pasado, prometió celebrar un segundo referéndum si volvía al poder en las elecciones al parlamento escocés y posteriormente fue reelegido, aunque con el apoyo de los Verdes escoceses pro-secesión.

La Lord Advocate Dorothy Bain, la abogada más veterana del gobierno escocés, dijo al tribunal de Londres que era de interés público que el Tribunal Supremo resolviera finalmente si se podía celebrar un referéndum de forma unilateral.