Se esperaba que Kirill asistiera al VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, y Francisco había dicho varias veces que estaba dispuesto a hablar con él.

Su encuentro en Cuba en 2016 fue el primero entre un papa y un patriarca ortodoxo ruso desde que el Gran Cisma de 1054 dividió el cristianismo en las ramas oriental y occidental.

Pero la Iglesia rusa anunció abruptamente el mes pasado que Kirill faltaría a la reunión en la capital kazaja, Nur-Sultan. No dio ninguna razón.

Algunos altos funcionarios del Vaticano se sintieron aliviados de que el encuentro no tuviera lugar debido a la mala óptica de que el Papa se reuniera con un partidario clave de la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin, según una alta fuente del Vaticano.

El embajador de Ucrania en el Vaticano, Andreii Kurash, también dijo al Vaticano que su gobierno no vería con buenos ojos un encuentro papa-patriarca, prefiriendo que el papa visitara primero Kiev, según la fuente.

Kirill ha respaldado con entusiasmo la invasión rusa de Ucrania, que el patriarca ve como un baluarte contra un Occidente que califica de decadente.

Su postura ha provocado una ruptura con el Vaticano y ha desatado una rebelión interna que ha llevado a la ruptura de los lazos de algunas iglesias ortodoxas locales con la Iglesia Ortodoxa Rusa.

El Vaticano ha tratado de enmendar las tensas relaciones con Ucrania después de que el Papa disgustara a Kiev el mes pasado al referirse a la ultranacionalista rusa Darya Dugina, muerta por un coche bomba cerca de Moscú, como una víctima inocente de la guerra.

Aun así, es probable que la guerra en Ucrania arroje una larga sombra sobre la reunión, a la que está previsto que asistan más de 100 delegaciones de unos 50 países.

En su discurso del domingo, Francisco calificó su viaje a Kazajstán como "una peregrinación de diálogo y de paz" y en la línea siguiente pidió oraciones por el pueblo ucraniano, del que ha dicho a menudo que está siendo "martirizado".

El logotipo del viaje es una paloma que lleva una rama de olivo.

Sólo hay unos 125.000 católicos entre los 19 millones de habitantes del vasto país centroasiático, que es una antigua república soviética. Cerca del 70% de los kazajos son musulmanes y alrededor del 26% cristianos ortodoxos.

Francisco, que utiliza un bastón y una silla de ruedas debido a una dolencia en la rodilla, celebrará una misa para la minúscula comunidad católica.

Está previsto que los líderes religiosos celebren una oración silenciosa al comienzo de la reunión del miércoles y emitan una declaración conjunta al final.

Está previsto que Francisco mantenga reuniones privadas con varios líderes religiosos, pero el Vaticano aún no ha anunciado quiénes son.