"En este procedimiento se comprobó que el corazón y las arterias del presidente están sanos y funcionan adecuadamente", señala el comunicado.

López Obrador, de 68 años, quien tuvo un grave infarto en 2013 y recientemente se recuperó de su segunda infección por coronavirus, se sometió al procedimiento como parte de un chequeo cada seis meses que incluye pruebas de laboratorio, electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo y tomografías computarizadas, dijo el gobierno.

El equipo médico dijo que los últimos resultados indicaban la necesidad de un cateterismo cardíaco, sin dar más detalles sobre por qué se realizó lo que describieron como un procedimiento de 30 minutos.

El gobierno dijo que no era necesario "ningún otro tipo de intervención" y que López Obrador estaba en "perfecto estado de salud".

El procedimiento inserta un tubo delgado en un vaso sanguíneo grande que conduce al corazón y puede detectar qué tan bien está funcionando el corazón.

López Obrador dijo que tenía síntomas leves de los dos episodios de COVID-19. En el caso más reciente, a principios de este mes, estuvo aislado durante una semana antes de volver a las actividades públicas, incluyendo largas conferencias de prensa diarias.

En su primer día de regreso, elogió la miel, el paracetamol analgésico y el VapoRub, una pomada tópica popular en México, por ayudar a aliviar sus síntomas.