Eskom había solicitado un aumento de más del 32%, alegando el aumento de los costes del combustible, la depreciación de sus activos de generación y el mayor aprovisionamiento de los productores de energía independientes.

El regulador Nersa también aprobó un aumento de tarifas del 12,74% para el año siguiente.

Eskom lleva años sumida en una crisis financiera y depende de los rescates del gobierno.

Nersa rara vez concede a Eskom la totalidad del aumento de tarifas que solicita, y las disputas entre ambas suelen acabar en los tribunales.

"El regulador energético intentó encontrar un equilibrio entre los problemas de sostenibilidad financiera de Eskom, el impacto en la economía sudafricana y la asequibilidad de los servicios de electricidad para los clientes", declaró el presidente de Nersa, Thembani Bukula, en una rueda de prensa.

Eskom dijo que emitiría una declaración sobre la subida de tarifas el viernes.

Eskom está aplicando algunos de los cortes de electricidad más profundos de los que se tiene constancia, de entre seis y ocho horas al día para la mayoría de los hogares. El año pasado aplicó cortes de electricidad durante más de 200 días, la mayor cantidad en un año natural.

El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha intentado reformar la endeudada empresa desde que asumió el cargo en 2018 para hacerla más eficiente, pero los avances han sido lentos. Su Gobierno planea asumir parte de la deuda de Eskom, de unos 400.000 millones de rands (24.000 millones de dólares).

El ministro de Finanzas, Enoch Godongwana, dijo el jueves que el Gobierno asumiría la deuda de Eskom por etapas. La cantidad de deuda absorbida por el gobierno dependía, en parte, del aumento de precios concedido por Nersa, dijo.

"Es una variable importante porque me va a demostrar la sostenibilidad de Eskom a largo plazo y... por tanto, qué deuda debo asumir", dijo el ministro a Reuters.

(1 dólar = 16,8661 rands)