Irlanda abandonó todos los controles de COVID-19 a principios de este año, después de tener uno de los regímenes de bloqueo más duros de Europa. Aunque las infecciones vuelven a aumentar, Varadkar dijo que la ola actual parecía estar llegando a su punto máximo y que se esperaba que el número de pacientes hospitalizados empezara a descender en las próximas dos o tres semanas.

"Me preocupa más la próxima oleada que llegará en invierno porque eso ocurrirá cuando estemos más tiempo en el interior y podría llegar al mismo tiempo que la gripe. Realmente no hemos tenido una temporada de gripe seria desde 2019", dijo a la emisora nacional RTE.

"Veo un programa muy amplio de COVID y de vacunas contra la gripe a principios de otoño... y la posibilidad de que en invierno pidamos a la gente que vuelva a llevar mascarilla en determinados entornos. No preveo que tengamos que volver a imponer restricciones que provoquen el cierre de negocios, pero nadie puede descartarlo con seguridad".

Varadkar añadió que espera que el comité de expertos que asesora al gobierno irlandés sobre la vacunación contra la COVID-19 apruebe un nuevo programa de refuerzo generalizado.