El entierro tuvo lugar en las afueras de Windhoek tras 20 días de luto.

Los soldados tributaron a Geingob una salva de 21 cañonazos mientras aviones de combate K-8 sobrevolaban el lugar.

Geingob, de 82 años, dos veces primer ministro de Namibia y tercer presidente desde su independencia de Sudáfrica, gobernada por una minoría, en 1990, ha estado al frente de la escasamente poblada y mayoritariamente árida nación del sur de África desde 2015.

Cumplía su último año en el cargo.

Veterano de la lucha por la independencia del país, Geingob vivió 27 años en el exilio, pasando temporadas en Botsuana, Zambia y EE.UU. antes de regresar a Namibia en 1989.

Ocupó varios altos cargos en el gobierno y en su partido, la Organización Popular del África Sudoccidental (SWAPO), incluida la presidencia del órgano que redactó la constitución de Namibia, considerada un modelo de buen gobierno y Estado de derecho.

Como primer primer ministro de Namibia, a Geingob se le atribuye la introducción de enfoques modernos de gestión en la dirección del gobierno.

"Tu impacto en nosotros ha sido profundo, tu huella en esta nación es inmensa", declaró Nangolo Mbumba, presidente interino en el funeral. "Dejas nuestro país en mejor forma ... Nos has dejado una hoja de ruta económica hacia la prosperidad", añadió.

Namibia está considerado un país de renta media con abundantes reservas de diamantes, uranio y litio necesarios para las baterías de los coches eléctricos.

Recientemente, el país se ha esforzado por atraer la inversión extranjera en la economía verde global al convertirse en el primer país africano que acepta suministrar a la Unión Europea hidrógeno verde y minerales necesarios para la energía limpia.

Namibia, antigua colonia alemana, tiene previsto celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias en noviembre.