Blinken, hablando durante una visita a Kinshasa antes de un viaje a Ruanda, hizo un llamamiento a todas las partes para que detengan cualquier apoyo o cooperación con el M23 u otros grupos armados no estatales.

Blinken dijo que el conflicto en el este del Congo fue uno de los temas principales de su reunión con el presidente congoleño Félix Tshisekedi el martes y que sería central cuando se reúna con el presidente ruandés Paul Kagame el miércoles.

La insurgencia del M23 forma parte de las secuelas del genocidio de 1994 en Ruanda. El grupo se formó en 2012 alegando que defendía a los tutsis congoleños, el grupo étnico de Kagame, contra las milicias hutus.

Desde mayo, el M23 ha llevado a cabo su ofensiva más sostenida en años, matando a decenas y desplazando a decenas de miles de personas. En julio, controlaba un territorio en el Congo casi tres veces más grande que en marzo, según un grupo de expertos de la ONU.

Ruanda ha negado anteriormente las acusaciones del gobierno del Congo de que apoya al M23 y de que ha enviado tropas al país. El M23 ha negado que reciba apoyo ruandés.

Durante una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Asuntos Exteriores del Congo, Christophe Lutundula, Blinken dijo que también discutió las reformas del sector minero del Congo y las preocupaciones de Estados Unidos sobre la subasta de bloques de exploración de petróleo y gas cerca de zonas sensibles de selva tropical y humedales.

El martes, el Congo acordó establecer un grupo de trabajo con Estados Unidos para discutir el impacto medioambiental de las subastas.

Lutundula dijo respecto a los bloques de petróleo y gas que el Congo tenía que encontrar un equilibrio entre la necesidad de apoyar a su pueblo y su economía y su compromiso de proteger el medio ambiente.

"Nos mantenemos firmes en este compromiso", dijo.