Reuters acompañó en exclusiva las redadas dirigidas por la agencia medioambiental Ibama en el estado selvático de Pará para detener a los madereros y ganaderos que talan ilegalmente la selva. La agencia también ha lanzado redadas esta semana en los estados de Roraima y Acre, dijo la coordinadora de aplicación de la legislación medioambiental del Ibama, Tatiane Leite.

Unos 10 agentes del Ibama partieron el jueves en camionetas desde su base en el municipio de Uruara, Pará, junto con una docena de policías federales, en dirección a una reserva indígena donde imágenes de satélite mostraban a madereros y ganaderos trabajando recientemente en la tala ilegal del bosque. La misión pretende detener o asustar a los madereros para evitar nuevas incursiones en la selva y multar a los que sean sorprendidos con madera ilegal.

El gobierno de Bolsonaro había destripado el personal y la financiación para la aplicación de la legislación medioambiental por parte del Ibama en sus cuatro años de mandato, mientras que el anterior presidente criticó a la agencia por emitir multas a agricultores y mineros.

Bolsonaro dio a los militares y más tarde al Ministerio de Justicia autoridad sobre las operaciones de lucha contra la deforestación, dejando de lado al Ibama a pesar de la amplia experiencia y el éxito de la agencia en la lucha contra la destrucción de la Amazonia.

Un área mayor que Dinamarca fue deforestada bajo Bolsonaro, un aumento del 60% respecto a los cuatro años anteriores.

Lula prometió en la campaña del año pasado volver a poner al Ibama a cargo de la lucha contra la deforestación con más fondos y personal. Asumió el cargo el 1 de enero, por lo que el dinero y el personal adicionales aún no han llegado a los agentes de primera línea. Pero los agentes del Ibama dijeron a Reuters que ya se sentían más fortalecidos por el anuncio de Lula de que la protección del medio ambiente era una de sus principales prioridades.

El gobierno de Bolsonaro denegó varias solicitudes de Reuters para acompañar las misiones del Ibama durante su administración 2019-2022. Su gobierno instituyó una orden mordaza que prohíbe a los agentes del Ibama hablar con la prensa, algo que, según los agentes, ya fue revertido bajo Lula.

"Dar publicidad a las redadas para disuadir a los delincuentes medioambientales ya es un gran cambio. Eso no ocurría en el gobierno anterior, cuyo objetivo era demostrar que no hacíamos nada", dijo Givanildo dos Santos Lima, el agente que dirige la misión Uruara del Ibama.

Lula asumió el cargo por primera vez en 2003, cuando la deforestación amazónica rozaba máximos históricos, y mediante una estricta aplicación de las leyes medioambientales la redujo en un 72% hasta un mínimo casi récord cuando dejó el cargo en 2010.