El ejército dijo que había desplegado personal y helicópteros para distribuir productos de ayuda a siete pueblos aislados de la provincia de Abra.

Alrededor de 3.000 paquetes de alimentos fueron enviados por aire a las comunidades, dijo Romel López, portavoz del Ministerio de Bienestar Social, a la emisora de radio DZMM.

Los residentes seguían acampando en parques y espacios abiertos en algunas zonas, con los nervios crispados por las réplicas regulares desde el terremoto de magnitud 7,1 del miércoles que mató a seis personas e hirió a más de 270 en el norte de Luzón.

En la localidad de Bucloc, en Abra, que estuvo aislada hasta el jueves por la noche, los residentes estaban preocupados por la posibilidad de que se produjeran más corrimientos de tierra debido a las réplicas y a la lluvia, según declaró a Reuters el ex alcalde Gybel Cardenas.

El terremoto dañó cerca de 1.600 viviendas y un centenar de infraestructuras, dijo la agencia estatal de desastres, señalando que se habían registrado hasta ahora más de 1.000 réplicas con una magnitud que oscilaba entre 1,5 y 5,4.

"Nuestro problema es que aún no hemos recibido ninguna ayuda. Necesitamos alimentos, leche, agua y medicinas", dijo a la radio DZMM Gamalea Dimaampao, residente en la localidad de Bangued, en Abra.

Las familias, incluidos los niños, se refugiaban bajo sábanas de lona rotas, exponiéndose a las lluvias, dijo Dimaampao.

En el pueblo de Lagangilang, también en Abra, los residentes pidieron refugio temporal y alimentos.

"Muchas familias tratan de acomodarse en tiendas de campaña improvisadas. Los adultos duermen sentados mientras los niños lloran durante las réplicas", dijo la residente Leonora Baruela a DZMM.

En Abra, una zona de valles descendentes y montañas escarpadas en la que viven cerca de 250.000 personas, se han registrado la mayoría de los desprendimientos y carreteras dañadas desde el terremoto.

Filipinas es propensa a las catástrofes naturales y está situada en el "Anillo de Fuego", una banda de volcanes y fallas geológicas que rodean el borde del océano Pacífico. Los terremotos son frecuentes y hay una media de 20 tifones al año, algunos de los cuales provocan desprendimientos mortales.