Sin embargo, Finlandia ha sido noticia en las últimas semanas por un motivo totalmente distinto. La opinión pública del país de la felicidad (que tiene 5,5 millones de habitantes muy felices y comparte 1.300 km de frontera con Rusia) se inclina por una candidatura a la OTAN, y esto tiene sentido. 

El histórico espíritu de resistencia del país (Guerra de Invierno 1939-1940) y la Unión Europea, a la que pertenece desde 1995, pueden no ser suficientes para derrotar al oso ruso, en caso de que éste amplíe sus planes. Tanto más cuanto que, dadas sus actuales lealtades, sería imposible que Finlandia optara hoy por un estatus neutral. En este sentido, la primera ministra Sanna Marin ya ha anunciado que su país suministrará armas a Ucrania. Se puede ser feliz incluso bajo la amenaza del oso ruso.

Dibujo de Amandine Victor