El proyecto, que durará unos seis meses, utilizará lo que se conoce como creadores automáticos de mercado (AMM) para el intercambio transfronterizo de "hipotéticas" CBDC en francos suizos, euros y dólares de Singapur.

Los protocolos AMM están diseñados para combinar la liquidez agrupada con algoritmos para determinar los precios entre dos o más activos tokenizados digitalmente, como las divisas.

Se considera que tienen el potencial de ser la espina dorsal de la infraestructura del mercado financiero necesaria para que las divisas digitales puedan negociarse entre países.

Cecilia Skingsley, del grupo paraguas de bancos centrales del Banco de Pagos Internacionales que supervisa el proyecto, cuyo objetivo es presentar una prueba de concepto a mediados del próximo año, afirmó que se trataba de la primera colaboración entre regiones y que esperaba que le siguieran más.

Alrededor del 90% de los bancos centrales del mundo están utilizando, probando o estudiando los CBDC.

La mayoría no quiere quedarse atrás ante los avances del bitcoin y otras criptodivisas, pero está lidiando con las complejidades que conllevan, como el recelo ante el grado de control que podrían ceder a los gobiernos.