Las relaciones entre la junta militar maliense y sus socios internacionales están a punto de romperse después de que ésta no organizara unas elecciones tras dos golpes militares.

El miércoles, la junta dijo a Francia que dejara de inmiscuirse en los asuntos de su antigua colonia y que se guardara para sí sus "reflejos coloniales".

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, declaró el viernes que la situación se había vuelto insostenible, mientras los aliados europeos acordaban elaborar planes en un plazo de dos semanas sobre cómo adaptar su campaña, que abarca Mali y la región más amplia del Sahel, a la evolución de las circunstancias.

"Las condiciones de nuestra intervención, ya sean militares, económicas o políticas, se han vuelto cada vez más difíciles de gestionar", declaró Parly.

"En resumen, no estamos dispuestos a pagar un precio ilimitado por permanecer en Mali".

Pero dijo que los ministros de los 15 países implicados en la fuerza especial europea estaban por ahora unidos en el deseo de mantener la misión, "por lo que debemos determinar sus nuevas condiciones".