El Institut Montaigne ofrece una perspectiva sobre la situación económica de Francia en pleno periodo electoral. Marie-Pierre de Bailliencourt, directora del Instituto, intervino en una conferencia en Aix-en-Provence y, según ella, no hay motivo de alarma: Europa es sólida y está dispuesta a apoyar a Francia, sea cual sea el resultado de las elecciones legislativas.
Tres argumentos principales sustentan esta confianza: Europa actúa como estabilizador económico, gracias sobre todo a los bonos soberanos. Francia destaca en sectores clave como la defensa, la sanidad y la transición ecológica. Además, el dinamismo del país en materia de fusiones y adquisiciones, investigación y desarrollo, y su cantera de talentos son bazas que lo hacen aún más atractivo.
Sin embargo, el verdadero reto será gestionar la deuda pública y el déficit. El Gobierno que se forme tendrá que demostrar su valía, sobre todo cuando se apruebe la Ley de Finanzas en otoño.
Los programas de los diferentes bloques políticos tienen repercusiones presupuestarias diversas, y todos deberán encontrar soluciones para mantener la trayectoria financiera de Francia. A pesar de las incertidumbres, el Institut Montaigne subraya que las empresas tienen potencial para contribuir positivamente a la economía y a la sociedad.
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