El producto interior bruto (PIB) italiano se contrajo un 0,4% en el segundo trimestre respecto al primero y su sector manufacturero se contrajo en agosto por quinto mes consecutivo, según los datos publicados el viernes. El PIB creció un 0,6% intertrimestral en los tres primeros meses de este año.

"El Gobierno prevé mantener las previsiones del 1% en 2023, pero las inevitables variables externas están cambiando radicalmente el panorama", declaró Giorgetti, en su intervención en el foro económico The European House-Ambrosetti.

Las subidas de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo para frenar la inflación frenan la actividad económica, por lo que el objetivo de crecimiento de Roma del 1,5% para el próximo año está cada vez más en peligro, según los economistas.

El gobierno actualizará sus estimaciones de crecimiento y sus objetivos para las finanzas públicas antes del 27 de septiembre.

Giorgetti también renovó sus llamamientos para que las nuevas normas presupuestarias de la Unión Europea incluyan un trato de favor para algunos gastos, como las inversiones destinadas a hacer más ecológica la economía y la ayuda financiera a Ucrania.

Italia prepara un difícil presupuesto para 2024 en el que tratará de reafirmar el compromiso de la primera ministra, Giorgia Meloni, de mantener su déficit a la baja, dejando poco margen para los estímulos.

El Gobierno fijó en abril un objetivo de déficit presupuestario del 4,5% de la producción nacional este año y del 3,7% del PIB en 2024.

"La ley presupuestaria del próximo año obedecerá al propósito de limitar las posiciones de ventaja que ya no podemos permitirnos y recompensar a quienes trabajan y crean riqueza real, sobre todo mirando de frente a la principal fuente de producción de riqueza: los niños", dijo Giorgetti, indicando que podría haber exenciones fiscales para ayudar a las familias.

Un factor clave que pesa sobre las arcas estatales italianas es un controvertido plan energético aprobado bajo el mandato del predecesor de Meloni, Giuseppe Conte, en 2020.

El coste total del llamado Superbonus, que ofrece incentivos para las mejoras domésticas que ahorren energía, se acerca ya a los 100.000 millones de euros (107.730 millones de dólares).

"Pensar en el Superbono me revuelve el estómago, tiene un efecto negativo en las cuentas públicas, engulle la política económica y no deja espacio para otras intervenciones", dijo Giorgetti.

(1 dólar = 0,9282 euros)