Roma ha estado trabajando para renovar el esquema "GACS", que expiró en junio, al tiempo que endurece los términos bajo los cuales el Estado proporciona garantías a los inversores que compran préstamos bancarios fallidos reempaquetados como valores.

Las conversaciones con Bruselas se encuentran en una fase muy avanzada y los términos han sido acordados en su mayor parte, según dijeron a Reuters cuatro fuentes informadas del asunto.

La UE examina este tipo de medidas para garantizar el cumplimiento de las normas sobre ayudas estatales del bloque.

Inicialmente se esperaba que estuvieran finalizadas a finales de 2022, pero las conversaciones han avanzado más despacio de lo previsto, lo que ha impedido a los bancos aprovechar el plan para sus operaciones de saneamiento de préstamos dudosos de fin de año.

La renovación se produce en un momento en que el sector bancario se prepara para un aumento de los impagos de las empresas, ya que los prestatarios luchan contra la subida de los tipos de interés.

Roma ha modificado el régimen para hacerlo menos generoso con los bancos y aumentar la protección de los contribuyentes, reduciendo así las posibilidades de que se queden sin dinero.

Según los nuevos términos acordados con la UE, el régimen cubriría el 80% en lugar del 100% del tramo de menor riesgo en las operaciones de titulización de deuda incobrable, dijeron las fuentes.

El Tesoro también había considerado la posibilidad de elevar el umbral de calificación crediticia necesario para que el tramo preferente pueda acogerse a las garantías del GACS, pero en su lugar lo está dejando sin cambios, dijo una de las fuentes.

Italia ha buscado una renovación de dos años del esquema, con la opción de extenderlo por otros 12 meses después de eso, dijo la fuente, advirtiendo que la UE aún tenía que decidir sobre el asunto.

Desde su lanzamiento en 2016, el esquema GACS ha librado a los bancos italianos de 117.000 millones de euros (127.000 millones de dólares) en deudas incobrables al suavizar el golpe de las cesiones a sus ganancias.

A 30 de junio, los pagarés respaldados por el GACS ascendían al 0,7% de la producción nacional italiana o casi 14.000 millones de euros, según mostraron los datos del Tesoro en noviembre.

Italia ya había endurecido las condiciones de los GACS en 2019, elevando la calificación mínima del tramo preferente e introduciendo mecanismos para instar a las empresas de cobro de deudas a ceñirse a los planes de negocio.

(1 dólar = 0,9177 euros)