Los mercados monetarios esperan que el BCE aumente el tipo que paga por los depósitos bancarios en casi 150 puntos básicos de aquí al verano, antes de dar marcha atrás a finales de 2023 y el año que viene, lo que probablemente implicaría una desaceleración del crecimiento y la inflación.

Pero Kazaks dijo a Reuters que no veía una "razón de ser" para ello y que los tipos deberían seguir subiendo para frenar la inflación, que está siendo casi cinco veces superior al objetivo del 2% del BCE en la zona euro.

"Haría falta una profunda recesión con un salto considerable del desempleo para que la inflación se hundiera y, por tanto, presionara a favor de recortes de tipos", dijo el gobernador del banco central letón en una entrevista. "Pero eso no es probable, dadas las actuales perspectivas macroeconómicas".

Kazaks, considerado generalmente como un halcón de la política monetaria, añadió que los tipos deberían subir "hasta bien entrado el territorio restrictivo", un nivel mal definido que frena el crecimiento económico y que la mayoría de los economistas consideran por encima de la tasa actual del 2%.

La inflación de la zona euro cayó al 9,2% el mes pasado, en gran parte gracias a la bajada de los precios de la energía y a una subvención puntual en Alemania, pero las presiones subyacentes sobre los precios siguieron aumentando.

Kazaks afirmó que la inflación subyacente, que excluye los alimentos y la energía, era la medida que había que vigilar.

"Es posible que la inflación subyacente siga tendiendo al alza aunque la inflación general esté bajando, por ejemplo, debido a las oscilaciones de los precios de la energía", afirmó. "En mi opinión, la inflación subyacente es actualmente un indicador clave para la persistencia de la inflación y las decisiones políticas".

No quiso pronunciarse sobre el nivel en el que los tipos deberían tocar techo.

"La incertidumbre es demasiado alta, y la encontraremos paso a paso", dijo.

El jefe del banco central finlandés, Olli Rehn, y el español, Pablo Hernández de Dos, también han pedido al BCE que suba los tipos "significativamente" en sus próximas reuniones.

Pero su homólogo portugués, Mario Centeno, ha dicho que las subidas se acercan a su fin.

El BCE redujo el ritmo de sus subidas de tipos de interés a 50 puntos básicos desde los 75 del mes pasado, pero señaló más subidas de la misma magnitud en el futuro.

Desde esa reunión, han aumentado las especulaciones sobre una ralentización del ritmo de endurecimiento, al desacelerarse la inflación en la zona euro y en Estados Unidos.