El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el fin de la misión en diciembre tras la petición del presidente congoleño, Félix Tshisekedi, en septiembre, de acelerar la retirada de las fuerzas de paz.

La fuerza, actualmente compuesta por 13.500 efectivos y conocida como MONUSCO, tomó el relevo de una operación anterior de la ONU en 2010 para ayudar a sofocar la inseguridad en el este del país centroafricano, donde los grupos armados luchan por el territorio y los recursos.

Pero en los últimos años, su presencia se ha hecho cada vez más impopular por lo que, según los críticos, es un fracaso a la hora de proteger a los civiles frente a los grupos de milicianos, lo que ha desencadenado protestas mortales.

"Tenemos un tope de 13.500 soldados autorizados por el Consejo de Seguridad, a partir del 30 de abril, con el inicio de la retirada en curso, llegaremos a 11.500", declaró Bintou Keita, jefe de la misión, en una rueda de prensa conjunta con responsables gubernamentales.

La primera de las tres fases de retirada comenzará en la provincia de Kivu del Sur, dijo, añadiendo que 14 bases de la ONU en la provincia serán tomadas por las fuerzas de seguridad congoleñas.

Las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU se retirarán posteriormente de las provincias de Kivu Norte e Ituri en las siguientes fases.

El ministro congoleño de Asuntos Exteriores, Christophe Lutundula, declaró en la rueda de prensa celebrada en la capital, Kinshasa, que se espera que las fuerzas restantes de la ONU estén fuera del país el 31 de diciembre.

"La retirada de la MONUSCO no significa necesariamente el fin de la lucha que estamos emprendiendo para proteger los intereses territoriales de nuestro país, debemos seguir luchando", declaró Lutundula.

Más de 7 millones de personas se han visto desplazadas a causa de los conflictos en el Congo, principalmente en las tres provincias orientales, donde siguen operando una miríada de grupos armados.