Enviados de los 27 Estados miembros de la UE acordaron congelar todos los activos europeos del presidente ruso, Vladimir Putin, y del ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, sumándose a una serie de sanciones respaldadas por los líderes en una cumbre de emergencia celebrada el jueves por la noche.

"Nos estamos moviendo tan rápido como podemos", dijo un funcionario de la UE, explicando que a la última ronda de sanciones le seguiría una tercera que podría apuntar a "muchos más" oligarcas rusos.

Anteriormente, el viernes, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, instó a Europa a actuar con mayor rapidez y contundencia en la imposición de sanciones a Moscú, acusando a los aliados occidentales de hacer política mientras las fuerzas de Moscú avanzaban sobre Kiev.

"Todavía pueden detener esta agresión. Hay que actuar con rapidez", dijo, añadiendo que la prohibición de la entrada de los rusos en la UE, el corte de Moscú del sistema mundial de pagos interbancarios SWIFT y un embargo de petróleo deberían estar sobre la mesa.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunieron en Bruselas para concretar los detalles de las sanciones acordadas en principio en la cumbre.

Estos pasos significan que el bloque se une a Estados Unidos y a otros países con medidas como la de frenar el acceso de Rusia a tecnologías y financiación clave.

Las sanciones también se dirigirán a las élites rusas y dificultarán los viajes de los diplomáticos, pero los líderes de la UE optaron por no frenar las importaciones rusas de energía ni -tras las objeciones de Alemania e Italia, entre otros- cortar el acceso de Rusia a SWIFT.

El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, anfitrión de una reunión de homólogos de la UE en París para discutir el impacto económico, dijo que retirar a Rusia del SWIFT seguía siendo una opción, pero sólo como "arma nuclear financiera" de último recurso.

Dijo que algunos países de la UE -pero no Francia- tienen reservas sobre esa medida, y que se esperaba que el Banco Central Europeo entregara un análisis "en las próximas horas" sobre las consecuencias si se tomaba.

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, dijo a los periodistas en Bruselas que la opción del SWIFT corría el riesgo de perjudicar a los particulares, como los que intentan enviar dinero a sus familiares en Rusia, "mientras que los responsables del derramamiento de sangre podrán seguir haciendo sus negocios bancarios".

Su homólogo luxemburgués, Jean Asselborn, dijo que esperaba que la decisión de sancionar personalmente a Putin y Lavrov se tomara en la reunión de ministros de Exteriores de la UE.

Cuando se le preguntó si creía que los dirigentes rusos se sentirían impresionados por la franja de sanciones de la UE, dijo: "Creo que todos ellos viven en una burbuja en la que ya no pueden reconocer la realidad".