La Comisión afirmó que las normas deberían animar al sector de la aviación a reducir las emisiones de efecto invernadero a corto plazo, pero su propuesta de etiquetar determinados aviones como ecológicos suscitó inmediatamente las críticas de los defensores del medio ambiente.

La decisión también había dividido la opinión dentro de la Comisión, con algunos funcionarios presionando para que se añadieran las inversiones en aviación si cumplían normas medioambientales estrictas, y otros que se oponían a dar un distintivo respetuoso con el clima a un sector con una elevada huella de carbono.

En una propuesta publicada el miércoles, la Comisión afirmó que determinadas inversiones en el arrendamiento, la fabricación y los vuelos de pasajeros y mercancías de la aviación se añadirían a la taxonomía y se clasificarían como ayudas a la lucha contra el cambio climático.

Las normas establecen criterios medioambientales detallados que debe cumplir cada actividad económica.

Por ejemplo, los fabricantes pueden obtener una etiqueta verde por producir aviones con cero emisiones de CO2 en el tubo de escape, o aviones con emisiones de CO2 inferiores a los límites establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional para los aviones nuevos. A partir de 2028, estos aviones también deberán poder funcionar con combustibles sostenibles.

La Comisión afirmó que la falta de aviones con cero emisiones o de grandes volúmenes de combustibles de aviación sostenibles disponibles en la actualidad significaba que el sector necesitaba normas que incentivaran el cambio a aviones más eficientes, para reducir las emisiones a corto plazo antes de que surjan tecnologías revolucionarias sin CO2.

Los defensores del clima criticaron las normas por permitir que los aviones que funcionan con combustibles fósiles sean etiquetados como respetuosos con el clima.

"Si los aviones que funcionan con petróleo y los barcos que funcionan con gas se consideran ahora sostenibles, hay pocas esperanzas para la taxonomía", declaró Faig Abbasov, del grupo de campaña Transport & Environment.

Transport & Environment había codirigido el año pasado un grupo de asesores de la UE que recomendó otorgar una etiqueta verde a determinadas inversiones en aviación. Pero desde entonces ha criticado los planes por no reducir el CO2 lo suficiente.

La Taxonomía de la Unión Europea se está desarrollando para clasificar qué partes de la economía pueden comercializarse como inversiones sostenibles desde el punto de vista medioambiental, con el objetivo de dirigir los fondos hacia los sectores que más contribuyan a los objetivos del cambio climático.

Los países de la UE y los legisladores podrían rechazar las normas, pero para hacerlo se requiere un apoyo mayoritario, un umbral relativamente alto que, según algunos funcionarios de la UE, es poco probable que se alcance.

La disputa sobre la aviación se produce después de otra disputa sobre la taxonomía el año pasado, cuando la UE etiquetó como verdes algunas inversiones en gas y energía nuclear. La Comisión se enfrenta a dos demandas por esa decisión.