Thierry Cotillard, cuyo grupo tiene más de 3.000 tiendas en Francia, se encuentra entre los ejecutivos del comercio minorista que se reunirán el miércoles con el ministro de Economía, Bruno Le Maire, para discutir cómo bajar los precios.
Antes de la reunión, Cotillard declaró a la radio RTL que los consumidores franceses habían reducido sus compras en los supermercados en torno a un 5% en términos de volumen, y compraban menos productos frescos como pescado y carne, añadiendo que no veía "ninguna mejora" en el nivel general de precios antes de marzo.
"Estamos viendo más caídas en los precios de las materias primas que subidas, tuvimos el petróleo y el trigo y ahora el papel. Los minoristas están trasladando esas caídas a los consumidores con sus propias marcas blancas, pero la ley no obliga a las marcas nacionales a renegociar sus precios. Algunas están jugando, pero otras no".
El martes, el director general del minorista francés Carrefour advirtió de que los altos precios han obligado a los consumidores a hacer recortes masivos en el gasto en bienes de primera necesidad, e instó al gobierno a retrasar una ley que pone un tope a las promociones que pueden ofrecer los minoristas.
A medida que se suaviza el choque inflacionista en Europa, Francia está experimentando un menor retroceso de los precios que muchos países, debido a un repunte de la inflación alimentaria desde marzo, tras las negociaciones anuales de precios entre minoristas y productores.
El gobierno está ansioso por conseguir que la inflación alimentaria - más del doble de la tasa de inflación general francesa del 5,1% en julio - siga una senda descendente, receloso de que unos niveles tan altos puedan minar la frágil confianza de los consumidores. (Reportaje de Dominique Vidalon; Redacción de Silvia Aloisi Edición de Ingrid Melander)
