"Los gobiernos débiles no consiguen frenar las redes delictivas, los conflictos sociales y la violencia, y algunos exacerban las amenazas a los derechos humanos al concentrar el poder en nombre de la lucha contra la inseguridad", afirmó Delia Ferreira Rubio, directora de Transparencia Internacional, un grupo anticorrupción con sede en Berlín.

El Índice de Percepción de la Corrupción que elabora anualmente Transparencia Internacional clasifica a los países según sus niveles percibidos de corrupción en el sector público en una escala de cero (muy corrupto) a 100 (muy limpio). La media de América se sitúa en 43 puntos.

En América Latina, Nicaragua y Venezuela son los peor clasificados, ya que cada uno lucha con instituciones públicas infiltradas por redes criminales, señala el informe.

Gráficos: Corrupción en América Latina | https://www.reuters.com/graphics/LATAM-CORRUPTION/zjvqjwkzmpx/chart.png

Los gobiernos de Guatemala, Venezuela, Brasil, Cuba y Perú no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre el informe.

Guatemala ha visto cómo las instituciones estatales han sido cooptadas por las élites políticas y económicas y el crimen organizado, según el informe.

Durante el último año, el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei se ha enfrentado a un creciente coro de críticos que afirman que ha frenado en seco los esfuerzos anticorrupción, así como que ha obligado a algunos jueces y fiscales a huir del país, las principales razones del descenso del país en el índice.

La represión de la oposición política, los abusos de los derechos humanos y la represión de la libertad de expresión es lo que ha hecho descender a Nicaragua en la clasificación, mientras que Cuba tiene un mínimo histórico debido a la "represión continua" y a la "falta absoluta de cualquier tipo de libertad en el país", declaró a Reuters uno de los investigadores de Transparency International.

El informe añade que la combinación de corrupción, autoritarismo y recesión económica resultó "especialmente volátil" en Brasil, donde el mandato del expresidente Jair Bolsonaro estuvo marcado por el desmantelamiento de los esfuerzos anticorrupción, el uso de tramas corruptas para favorecer a aliados y amasar apoyos en el Congreso, así como la promoción de la desinformación.

El vecino Uruguay obtuvo la mejor puntuación de la región con una clasificación de 74, la misma que Canadá.

Transparencia Internacional señaló los años de inestabilidad en Perú con su ciclo de diferentes gobiernos, incluida la destitución el pasado diciembre del entonces presidente Pedro Castillo, él mismo objeto de investigaciones por corrupción.

La débil aplicación de la ley y la corrupción de alto nivel también han permitido la expansión de los cárteles de la droga en el Caribe, según el informe.

"La única forma de avanzar es que los líderes den prioridad a una acción decisiva contra la corrupción para arrancar de raíz su dominio y permitir que los gobiernos cumplan su primer mandato: proteger a la gente", afirmó Rubio.