En su intervención en una conferencia sobre energía celebrada en Rávena, Claudio Descalzi añadió que el conflicto entre Israel y Hamás afectaba más bien a los precios del gas, pero no ponía en peligro las importaciones.

"Por el momento, no hay nada de qué preocuparse por el lado del suministro de gas, también porque en esas zonas -aparte del yacimiento (de gas de Tamar), que fue detenido por Israel por motivos de precaución- no hay grandes repercusiones en la producción de gas", declaró Descalzi.

Descalzi respondía indirectamente a la preocupación de que una posible escalada en Oriente Próximo pudiera crear tensiones con algunos países productores de gas, como Argelia, que ha expresado su apoyo al pueblo palestino.

Argelia se convirtió en el mayor proveedor de gas de Italia el año pasado, sustituyendo a Rusia, y otros países africanos como Libia y Egipto también se perfilan como importantes proveedores de gas gracias al activismo de Eni en estos países.

En la misma rueda de prensa, el ministro argelino de Energía confirmó el compromiso del país de suministrar gas a Italia, pero también pidió más inversiones.

"Las infraestructuras de gas necesitan inversiones financieras difíciles de atraer... necesitamos marcos reglamentarios más atractivos para atraer inversiones a largo plazo", declaró el argelino Mohamed Arkab.

En la actualidad, Eni dedica más del 30% de sus inversiones totales a la transición energética y prevé aumentar este porcentaje hasta el 70% en 2030, según declaró el consejero delegado de Eni a los periodistas.

El grupo italiano también está trabajando en una posible venta de una pequeña participación de su unidad de bajas emisiones de carbono Plenitude a un inversor.

"Estamos en conversaciones avanzadas con un inversor estratégico sobre Plenitude", dijo Descalzi, añadiendo que un acuerdo que pudiera establecer un suelo para el valor de la unidad de bajas emisiones de carbono de Eni era importante en tiempos de alta volatilidad en los mercados.